Falleció hace ya 16 años, el pasado 6 de febrero, pero el vecino más conocido de cuantos ha dado Pozaldez sigue presente en nuestro pueblo, en los recuerdos de cuantos habitamos en él y, desde hace más de 6 años, también en forma de monumento. Los azulejos que reproducen una imagen del bajito y bonachón Luis García Mongero, conocido como Luisito el de Pozaldez, le dedican unas frases que bien resumen la importancia que su periplo por distintas provincias de la región supuso para nuestro municipio de las Tierras de Medina: 'Al pueblo de Pozaldez le conoce media España, es su nombre muy sonado, Luisito le dio la fama'.
Frases tan conocidas como 'Para esta mocita una jotita' se escuchaban en aquellos lugares donde se rendía culto al patrón. De fiesta en fiesta por Valladolid, Ávila, Zamora y Salamanca, Luisito convirtió la mendicidad en un arte que le permitía vivir sin penurias el invierno. De su vida errante damos fe prácticamente todo el pueblo.
Un hombre que nunca se metía con nadie, pero mira que los chicos le hacíamos rabiar, hasta los adolescente que abríamos nuestra peña al lado de donde vivía, o más bien descansaba un ratito, ya que su vida estaba en la calle, en los caminos, en las fiestas de los pueblos.
En Pozaldez, el pueblo de Luis García Mongero, comenzaremos sus fiestas de la patrona La Virgen de los Remedios este mes (3 de mayo) y unos días más tarde, el 20 de mayo celebramos la fiesta de nuestro patrón San Boal. Nuestras dos iglesias se engalanan para rendir culto a San Boal, cuya imagen está ya ornamentada con flores en la iglesia de su mismo nombre. Es el templo de verano, - «somos así de chulos».
El arte de la erosión
La iglesia goticomudéjar de San Boal luce una torre de grandes dimensiones. Se aprecia desde varios kilómetros a la redonda, de ahí el refrán: 'Portillo y Pozaldez desde los infiernos se ven'. Curiosamente la erosión ha dejado una estampa inusual en su fachada, donde el paso del tiempo ha descubierto cráneos incrustados en la pared.
En su interior destaca el artesonado del coro, el órgano en uso y el Cristo del Corroto, restaurado por la Fundación Las Edades del Hombre y que sacamos en procesión en Semana Santa por los jóvenes de su cofradía.
Las tres niñas bonitas de Pozaldez se completan con la ermita de la Virgen de los Remedios, cuya imagen tiene su novena y procesión a primeros de mayo. La custodian y cuidan los más de cien miembros de una cofradía, identificados con nombre y apellidos en un listado colgado a la entrada de la ermita.
La ermita se encuentra en las afueras del pueblo, desde donde se puede incluso divisar la silueta de la sierra en una vista entrecortada por el mar de viñedos que conforma un paisaje propio de cuadro, como los del fallecido e ilustre pintor local Ladislao Sanz, Ladis. Es aquí, en Pozaldez, donde también exprimimos un exquisito verdejo en la DO Rueda. Cuatro bodegas lo elaboran de forma profesional, aunque pervive entre los vecinos la costumbre de tener un pequeño majuelo y embotellar una pequeña producción. La tradición vinícola de nuestro pueblo se asoma a las calles en forma de respiraderos.
Casi todas las casas del pueblo tenían bodegas. «Pozaldez se ha caracterizado siempre por la escasez de agua, por eso aquí se bebía tanto vino». Las campanas del pueblo de Luisito empezarán a repicar para dar comienzo a las fiestas de San Boal, pero el último juglar no cantará sus coplas, lo harán sus recuerdos.
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